En el caso de Alfredo Maestro, dejó el mundo de las finanzas para inicarse en la elaboración de vinos. Corría el año 1998 cuando regresó a su Peñafiel natal, plantó sus primeras viñas y comenzó a informase a través de los viticultores y bodegueros de la localidad cómo se elaboraban los vinos. Su espíritu curioso le llevo a iniciar una formación autodidacta en temas de viticultura y enología, leyendo libros y sobre todo experimentando en sus elaboraciones. En la actualidad, Alfredo Maestro tiene en marcha distinto proyectos repartidos por toda la geografía castellano-leonesa, y también uno en Chinchón, Madrid. Elabora casi siempre fuera de las constricciones que imponen las denominaciones de origen, desde la zona de Valtiendas (Duratón) a Cigales, Ávila o el sur de Madrid. Su filosofía de culto al viñedo y de respeto a las variedades autóctonas entronca con las corrientes biodinámicas de cultivo que Alfredo Maestro practica en su viticultura.